miércoles, 4 de noviembre de 2009

"Seis palmos de tierra"


"Pronto se irá la luz,
y tú sigues allí...,
aguardando la comitiva
que nunca llega...

Llueve...
y tú, mitigando la espera,
apoyas de nuevo la frente
en la mojada corteza del tronco
tras el que ocultas tu pena.

Luego, sí...
A lo lejos se escucha
murmullo apagado de gentes
y rumores de pasos sobre las piedras.

¡Ya se dibuja el cortejo en la loma.
Grises los cielos del fondo
tras de las siluetas negras!

¡La llevan a ella!...
¡En hombros!...
Vestida de raso blanco,
dentro de su caja de brea...

Y detrás, con dolor fingido
y recibiendo cumplidos consuelos,
aquel que consumió sus abriles,
¡Aquel que no supo quererla!...

Y tú sigues allí...,
escondido, a lo lejos;
mientras la lluvia cala tus huesos
y tu alma roba la escena.

Porque ellos, al poco se irán...;
y tú quedarás sólo, por fin,
con ella...

Y en ese santo lugar
donde el tiempo se congela,
en frío lecho de barro,
tendido sobre las flores muertas,
ya no habrán más distancias eternas
entre tu suerte y la suya...
¡Apenas un contenido gemido!...
¡Apenas seis palmos de tierra!..."

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